Por el Dr. Jacques Taine

Los trastornos de la marcha y del equilibrio representan el motivo de consulta para un número importante de pacientes. En los últimos diez años, el desarrollo de técnicas electrofisiológicas para el diagnóstico etiológico (de la causa) de los trastornos del equilibrio, ha abierto el horizonte para un mejor entendimiento de las causas de este tipo de padecimiento. Por via de cosecuencia directa, indujeron el desarrollo de técnicas nuevas para el tratamiento.

El hecho novedoso, central,  que apareció en muchos pacientes, es que la causa del trastorno del equilibrio no corresponde directamente a un problema orgánico del sistema del equilibrio sino a un TRASTORNO FUNCIONAL.  Por trastorno funcional se entiende una alteración ubicada no en la estructura física, anatómica del sistema neurológico del equilibrio, sino en su MANERA DE FUNCIONAR, o sea, la manera que tiene cada uno de nosotros para usarlo.

Al determinar el orígen funcional del trastorno, es obvio que su solución no es farmacológica. La corrección de los trastornos funcionales del equilibrio requiere de técnicas totalmente distintas, de tipo REHABILITACION, que desarrollaron distintos centros europeos en los últimos años. Estas técnicas se basan sobre la capacidad de determinar, en tiempo real, la ESTRATEGIA DE EQUILIBRIO escogida por cada paciente para usar las distintas partes que integran el sistema neurológico del equilibrio. Las principales entradas neurosensoriales de este sistema son las siguientes:

1. El sistema visual, o sea, todo el sistema del ojo, asociado al sistema oculomotor.

2. La sensibilidad profunda repartida en todo nuestro cuerpo, con los sensores de la columna vertebral como epicentro. La columna vertebral representa el soporte que nos permite mantenernos de pié, con la participación de nuestros miembros.

3. El oído interno, que nos provee permanentemente la referencia relativa a la gravedad.

Un sistema único de diagnóstico, representado por una PLATAFORMA FLOTANTE equipada con sensores electrónicos, que permiten medir en tiempo real el estado de equilibrio del paciente, y seguidamente, de manera independiente, medir el valor de la entrada oftálmica, de la entrada auricular y de la entrada de la sensibilidad profunda de la columna vertebral, permite hacer una evaluación exacta de la ESTRATEGIA DE EQUILIBRIO escogida por el paciente para mantener su equilibrio.

A partir de esta evaluación de entrada, se determina:

1. Cual área está fallando específicamente, aplicando luego técnicas de corrección tales como la rehabilitación oculomotora, del sistema vestibular (oído interno) y vertebral (técnicas de relajación  o musculación selectiva)

2. Cual área está funcionando mejor,  aplicando entonces técnicas de reforzamiento para ayudar al paciente a mantener su equilibrio.